Las plantas pueden sufrir enfermedades causadas por hongos, bacterias y virus. Las más comunes son la que vienen a raíz de hongos, llegando a ser el 98% de los casos. Las rosas, esas preciosas flores cargadas de olor y valor ornamental, no escapan de estos males.
Algunas enfermedades más frecuentes:
-Oídio: es una enfermedad que también es conocida como mal blanco o cenizo. Es especialmente frecuente en las épocas de primavera y otoño, en las cuales, la planta se cubre de un polvillo blanco o grisáceo. La consecuencia principal es que las hojas se vayan volviendo amarillas, que posteriormente se sequen y caigan.
Para evitar el oídio hay que procurar mantener siempre un buen grado humedad del suelo. También se recomienda que en invierno, después de la poda, se aplique un fungicida de contacto para controlarla lo máximo posible.
-Mancha negra: como su nombre tan descriptivo indica, esta enfermedad consiste en la aparición de unas manchas negras en las hojas. Se va extendiendo y estas van cayendo rápidamente. Si ves alguna mancha negra en las hojas de tu rosal, retíralas inmediatamente y aplica un producto específico para la enfermedad.
-Mildiu: es, junto al oídio, de los problemas más frecuentes que tienen los rosales. Empiezan a aparecer unas manchas blancas y una especie de moho blanquecino que hará que la hoja caiga en unos 4 o 5 días. No solo afecta a rosales, sino que es una enfermedad muy común en diversas plantas de jardines y huertas.
Si la localizas debes podar automáticamente todas las partes afectadas. Además, deberás aplicar un fungicida basado en óxido de cobre.
-Roya: es muy fácil de reconocer. En el haz de la hoja el hongo hace que se ponga amarilla y en la parte de atrás, aparecen unos bultitos. Pronto caerán todas las hojas y la planta en general se debilitará. Nuestro procedimiento tiene que ser eliminar las hojas caídas y aplicar, igual que en el caso de la enfermedad de mildiu, un fungicida formulado de oxicarboxina.
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