Aprende todo sobre los cuidados y el cultivo de las rosas. Estos sencillos consejos te ayudarán a conseguir unos rosales que harán de tu jardín un lugar mucho más colorido y especial.
Te explicamos cómo se plantan los rosales, qué necesidades de cultivo tienen, cuales son sus cuidados, cómo se podan y cómo se pueden usar en la decoración y jardín.
Los primeros pasos:
Necesidades de cultivo
Los rosales toleran muchos tipos de suelo, sobre todo terrenos de textura media, fértiles, con un ph neutro, siempre y cuando no estén anegados o el terreno sea arenoso.
Remueve la tierra, incorporando abono vegetal descompuesto o estiércol, puesto que los rosales requieren muchos nutrientes.
Evita las enfermedades de los rosales no plantando nuevos donde ya haya otros más viejos, o utilizando suelos vírgenes.
Asegúrate de cual es el tipo de crecimiento de cada variedad de rosal, para calcular la distancia que deberás dejar entre ellos; algunos de los rosales arbustos más grandes crecen bastante, de todas formas lo normal es plantarlos a una distancia de 50-90 centímetros entre sí.
Técnica de plantación
A la hora de plantar rosales, en primer lugar comprueba que el hoyo donde vaya a plantar el rosal es de mayor tamaño que las raíces. Si éstas están secas, habrá que meterlas en un cubo de agua para que se hidraten. Si se extienden en todas las direcciones, el agujero deberá ser redondo y amplio.
Se extienden las raíces del rosal de manera uniforme sobre un montoncito de grava y tierra fertilizada.
Llena de tierra la mitad del hoyo, pisándola suavemente. A continuación se rellena hasta la superficie de forma que quede un alcorque alrededor.
El cuello del rosal debe quedar enterrado 2,50 centímetros por debajo de la superficie del suelo. Por último se riega de forma abundante.
Algunos rosales toleran mejor el sol o la sombra que otros, así que antes de buscar el emplazamiento, comprueba ese dato.
Trasplante
Existen dos épocas para trasplantar. El rosal a raíz desnuda sólo puede trasplantarse en períodos de ausencia de hoja. En zonas donde las temperaturas mínimas no sean muy bajas es aconsejable efectuar la plantación al terminar el otoño; en lugares con inviernos muy fríos se retrasará hasta finales del invierno.
Si el rosal se compra en maceta, puede ser trasplantado en cualquier época, siempre que el cepellón esté bien formado y no se deshaga.
Riega los rosales de forma abundante y frecuente durante el primer año, para conseguir que arraiguen bien. Después, no los riegues con demasiada frecuencia, pero sí con agua abundante en los períodos de sequía. Procura no salpicar las hojas, puesto que a veces ello contribuye a que desarrollen enfermedades como el mildiu.
Fertiliza las plantas como mínimo dos veces al año. Puedes utilizar un nutriente especialmente indicado para rosales, que deberás incorporar a la tierra a principios de primavera y otra vez al iniciarse el verano, a continuación riega. Si prefieres emplear materia orgánica, puedes añadir a la tierra en torno a la planta, en primavera, una espesa capa de abono vegetal descompuesto.
Cuidados
El mildiu es una especie de hongo que aparece en las hojas del rosal en forma de manchas amarillas y más tarde parduzcas y en el envés de la hoja. Éstas se secan y en 4 o 5 días caen.
Es posible evitar estos parásitos fumigando tres o cuatro veces entre la primavera y mediados del verano, con una mezcla de insecticida y fungicida. Fumiga las plantas cuando la temperatura sea suave, nunca un día de calor.
Poda
Para podar los rosales utiliza siempre una podadera bien afilada y guantes de jardinería. El corte tiene que ser limpio, por encima de la yema e inclinado. Deberá podarse al final del invierno, pasadas las heladas, y siempre antes de que las yemas comiencen su desarrollo.
En los rosales arbustivos, hay tres tipos de poda:
- Poda corta: Se deja solamente dos o tres yemas por tallo. Se practica, sobre todo, en rosales tipo Híbridos de té.
- Poda media: Se acortan las ramas hasta casi la mitad. Las débiles se dejan pequeñas. Esta poda es aconsejable para rosales del tipo floribunda.
- Poda larga: Se trata de reducir en un tercio la longitud de las ramas. Esta poda se utiliza, sobre todo, con los rosales antiguos.
En rosales sarmentosos
La primera poda se hará en el momento de plantar, fijando los tallos sobre el soporte de manera que el rosal adquiera, con el tiempo, un desarrollo abierto. En años posteriores, la poda consistirá en el acortamiento de dos o tres yemas, con intervalos de 50 centímetros entre sí, sobre el soporte de las ramas laterales, que son las que florecen.
Usos y aplicaciones del rosal
Una de las muchas cualidades que hacen que el rosal sea una de las plantas preferidas para un gran número de aficionados a la jardinería es la gran diversidad de usos que se le pueden dar; cubriendo muros, formando setos, borduras o macizos; plantada en macetas, dispuesta en pérgolas, o como flor cortada.
Un macizo es una plantación aislada que puede observarse desde distintos ángulos. Los rosales más utilizados son los Híbridos de té, Floribunda y Miniatura, pero es aconsejable no mezclarlos entre sí. Tampoco es fácil combinarlos con otro tipo de plantas.
Una bordura es una superficie de plantación adosada a un elemento del jardín, bien sea un fondo vegetal o un muro, por lo que sólo se puede apreciar frontal o lateralmente.
Para componer una bordura, primero se elige un emplazamiento adecuado. Para cubrir ese espacio tenemos en cuenta el color, altura y época de floración de las plantas. Se compone de tres planos:
Fondo: Para su realización se puede utilizar una planta de hoja perenne que resalte el rosal, como por ejemplo, el acebo.
Plano central: se puede hacer con ejemplares de floración primaveral como pueden ser la Rosa gallica “Complicata” entre las rosas antiguas y alguna moderna como la Rosa “Nevada”. Como acompañamiento se pueden utilizar algunas clases de jaras. Esta plantación no debe sobrepasar el metro y medio de altura.
Primer plano: es la zona más cercana a la vista y en ella las plantas deberán florecer a principios de verano. Aquí se colocarán las duraderas, por ejemplo una rosa inglesa, la “Othello”, y acompañando a esta rosa plantas de flor como lupinos e iris.
Cultivo en macetas
Las rosas no deben quedar muy holgadas en la maceta y ésta debe estar sobreelevada respecto al suelo. Será necesario colocar un buen drenaje en el fondo. Rosales apropiados para cultivar en maceta son la “Cornelia” de flor rosa, pequeña y perfumada, la “Ispahan” y la “Felicia”.
Flor cortada
Muchos rosales son apropiados para emplear sus flores cortadas en arreglos florales, por ejemplo, la “Iceberg” con flor doble de color blanco.
Sujeción de rosales sobre una celosía:
En primer lugar el rosal se sujeta a la celosía atando los tallos principales a los listones de madera con un alambre forrado de cinta plástica.
A continuación cuando se aten los tallos, no deben quedar apretados porque su grosor aumenta con los años y el alambre tirante estrangularía su crecimiento.
Ahora ya sólo queda que pongas en práctica estos consejos que no sé si te ayudarán a ver la vida de colores, pero tu jardín seguro que sí y eso ya es un gran paso.
Vía: http://www.plantasyflores.org/rosas/plantar-cuidados-rosales-940.htm
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